Un polluelito de Guacamayo azul vivía en Río de Janeiro Brasil, y cuando apenas iba a aprender a volar, fue víctima de un traficante de aves y llevado a Minnesota, allí por azares del destino se encuentra con Linda, quien lo cuidó durante muchos años siendo mejores amigos uno del otro.

En eso llega Tulio o Julio, (la tarjeta de presentación dice Tulio, pero se presenta como Julio) un científico brasileño, quien convence a Linda para que vayan a Río de Janeiro, Brasil donde se encuentra una Guacamaya Hembra con la que debe aparearse para salvar su especie.

Río es una película con mucho colorido y cuya compañera inseparable es la música; muestra todo el esplendor y belleza de Río de Janeiro, El Cristo del Corcobado, sus playas, la alegría de la gente y su afición al futbol y la fiesta más grande de Brasil: El Carnaval, las escuelas de samba con sus trajes y carros alegóricos.

Lo único criticable es el doblaje, que al parecer es exclusivo para México, y hasta resulta fastidioso, pues palabras como chido, changoleones, pipipipí, son usadas hasta el cansancio; frases como: catafixié la moto por su Jeep; albures y goserías disfrazadas como: "Pos cierra la boca, que te la Mamá", "Pájaros Cayones", "Soy o me parezco, bola de gallinas culecas", "Está a todas Márgaras","No veo ni maiz paloma", no creo que sean necesarias para sacar una carcajada de parte de los adultos, ya que últimamente tienen la idea de que si es una película para niños se van a aburrir los grandes y por eso tienen que entretenerlos con doble sentido.

En fin, después de ver Río, quise salir a conocer Brasil, y después de escucharla quise verla nuevamente, pero esta vez en inglés y subtitulada.