La verdad no sabía que esperar de Backyard, ya que últimamente las producciones fílmicas mexicanas me han dejado mal sabor de boca; cuando empecé a ver esta cinta, pensé que agarrarían un "fenómeno" social (las muertas de Ciudad Juárez) y en torno a él inventarían una ficción, sin embargo Backyard terminó siendo una agradable (y deprimente) sorpresa.

Previo a Bakyard, el único filme que conocía de Carlos Carrera era la polémica El Crimen del Padre Amaro, y de la misma manera que Amaro critica a las autoridades eclesiasticas y de manera muy subliminal a la sociedad (y su fanatismo), Backyard critica a ambos bandos... a uno por su falta de acción, y al otro por aprovecharse de la situación.

Una de las cosas que más me llamaron la atención de esta película, es el aspecto "orgánico" que Carrera y su equipo le dan al filme, empezando por una Ana de la Reguera sin maquillaje, sin peinados peliculescos e incluso con kilitos de más, hasta unos escenarios poco atractivos para el cinéfilo casual, pero que demuestran la situación real y actual de la sociedad pobre de Ciudad Juárez.

Definitívamente Bakyard no es una película que te hará sentir bien, pero claramente esa es su intención... es un filme que te da tarea para llevarte a casa.